Existen diversas razones por las que tu gato podría no estar usando su caja de arena. En los casos más comunes, es posible que se trate de causas externas a él, como cambios en el comportamiento del dueño o incomodidades en el entorno donde vive.
La ubicación de la caja es muy importante para su comodidad
En la naturaleza el gato es cazador, pero también es presa, por lo que la evacuación es un momento de absoluta vulnerabilidad. Procura ubicar su caja en un lugar tranquilo, privado y poco transitado, lejos de las áreas donde ejerce su territorialidad (por ejemplo, donde come o duerme).
Los gatos son animales extremadamente aseados, por lo que debemos prestar especial atención a la pulcritud del arenero. Les recomiendo limpiar la arena, al menos, una vez al día.
La caja debe ser lavada semanalmente, utilizando productos de olor neutro para mayor bienestar del minino. En caso de convivir varios gatos en casa es ideal que cada uno tenga su propia caja por dos razones: la primera, para evitar confrontaciones; los gatos son territoriales y no les gusta compartir el baño, la segunda, para evitar la acumulación y proliferación de bacterias, y asi poder detectar fácilmente alguna anomalía en sus heces, si existiere.
La caja debe tener también las medidas adecuadas según el tamaño de cada uno, donde no sólo quepa, sino que también pueda dar vueltas cómodamente. El tipo de arena que colocamos en la caja también juega un papel fundamental. Lo ideal es que sea inolora y fina, y que cada vez que la cambiemos coloquemos una cantidad generosa de entre 5cm y 7cm de altura, para que se sienta lo mas cómodo posible al tacto de tu felino.
Si ninguno de estos aspectos parece estar molestandolo y aún así el problema persiste, no dudes en consultarnos lo antes posible para detectar a tiempo cualquier problema.
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